La sociedad moderna ha creado una situación donde las experiencias directas de la vida se han disuelto o vuelto aburridas. Esto ha sucedido desde la aparición de los mass media y el exceso de uso de la tecnología. Vemos y experimentamos el mundo a través de pantallas en lugar de directamente a través de nuestros cuerpos. Debido a ésto, nuestros sentidos se han vuelto “apagados” o “subestimulados”. Esto no es lo que realmente queremos. Lo que realmente anhelamos, lo que siempre hemos querido, es sentirnos profundamente conectados con las personas, con el mundo y con nosotros mismos.
La sociedad nos provee una idea de lo que “deberíamos” estar experimentando como humanos, de lo que “deberíamos” tener y cómo “deberíamos” sentirnos acerca de nuestra vida. Esta imagen es difundida a través del mundo del espectáculo, de la televisión, de las películas, de la publicidad, etc. Éstas ideas no tienen nada que ver con la experiencia real de vivir o los deseos y necesidades de los individuos, las necesidades del alma. Anhelamos una vida fuera del mundo comercial, la llegada de experiencias directas, no representaciones de segunda mano de la realidad, anhelamos una vida libre de constantes distracciones, anhelamos la libertad y la atemporalidad que sentimos cuando niños.
Existe una respuesta a aquello que anhelamos: la Sociedad Errante.
La Sociedad Errante es una organización clandestina, creada para ofrecer una nueva forma de existencia a los desilusionados con los patrones sociales actuales, animándolas a recobrar el control de su entorno mental.
La Sociedad Errante es un grupo incipiente y en continuo crecimiento, con su estética, sus valores, su arte, su literatura e incluso su propio lenguaje dialéctico. En su raíz el grupo sostiene la creencia en el poder intrínseca de la vida errante como forma de trascender los problemas de la sociedad moderna, acceder a un nivel superior de conciencia y participar en las experiencias directas de la vida cotidiana.
Resulta inevitable la aparición de semejante contracultura en la sociedad actual. Nos enfrentamos a una enorme desilusión hacia los sistemas políticos existentes, luchamos contra las abrumadoras presiones de la vida moderna y asistimos a la propagación de una existencia rendida ante la tecnología. La Sociedad Errante es un contragolpe, una reivindicación del poder del individuo en un mundo donde se limitan las elecciones y las libertades, y donde se ha comercializados prácticamente la totalidad de la vida cotidiana.
Inspirándose en una larga lista de escritores y filósofos, que se dedicaron a examinarse a sí mismos y que creían en el poder del librepensamiento para conducir a las personas a un lugar de auténtica libertad, el grupo parece servir de respiro para quiénes se sienten impotentes y privados de derechos.
Aunque la Sociedad Errante parece resistir toda clasificación y aunque se describe a sí misma como contraria a todo dogma, tiene una filosofía de vida errante, ciertos preceptos.
Sobre todo la Sociedad Errante habla de como vivimos en un mundo “donde se han debilitado o embotado las experiencias profundas del mundo. [Es posible] tener una experiencia mucho más profunda del mundo contemplando con profundidad y documentando sistemáticamente la vida cotidiana. A través de prácticas, podemos ser capaces de crear un nuevo relato en el que ocupemos el centro de una aventura poderosa y significativa. Así éramos de pequeños y eso es lo que estamos destinados a ser”.
Vale la pena reparar en las semejanzas entre la Sociedad Errante y el movimiento romántico de comienzos del siglo XIX. Esto no debería causar sorpresa, dado que una de las principales influencias y fuentes de inspiración es Walt Whitman.
Según el filósofo Isaiah Berlin, el movimiento romántico podría definirse como “un novedoso e inquieto espíritu que intenta prorrumpir violentamente superando viejas trabas, una nerviosa preocupación por los estados internos de la conciencia perpetuamente cambiantes, un anhelo de lo ilimitado y lo indefinible, del movimiento y cambio perpetuos, un esfuerzo por retornar a las fuentes olvidadas de la vida”. Este pasaje bien podría ser una descripción de la Sociedad Errante.
La Sociedad Errante hoy
Probablemente no hayan oído hablar de la Sociedad Errante porque sus miembros no quieren que los conozcan. No obstante, pueden que los hayan visto en sus pueblos y ciudades, explorando con detenimiento calles, rondando por los parques o hurgando en la basura de los callejones. Si se acercan a ellos, no les revelarán su identidad ni admitirán fácilmente su pertenencia al grupo, para poder llevar a cabo su investigación con la mayor discreción posible. Llevan una existencia solitaria y prefieren mantenerse en el anonimato y pasar desapercibidos.
La afiliación no parece requerir ninguna aceptación formal: uno es miembro si elige serlo y seguir los preceptos del grupo. Los miembros no necesitan conocerse en persona ni parece que exista ningún líder ni ninguna estructura jerárquica. Se identifican entre sí utilizando ciertas frases transcritas en lugares públicos (pósteres, tiza y folletos) y mediante el empleo del Logotipo de la sociedad: un rayo dentro de un círculo.
Ésta es la información que les dejo por ahora. Más adelante haré otro post sobre este tema :).