Decía Oscar Wilde, que vivir es una de las cosas más raras del mundo, ya que la mayoría de las personas tan solo existen.
Hay que comprender que dentro de nosotros se haya un maestro lleno de su propia sabiduría.
El ser humano tiene su proceso evolutivo y que vive según corresponde a cada quien. Se trata simplemente de reconocer que existe un proceso evolutivo y de vivir y disfrutar todas las etapas de cada una de las experiencias que este proceso conlleva, y sobretodo, respetando el tiempo necesario que cada persona necesita para lograr ir superando y entrando en nuevas etapas.
“Debemos aprender a ser conscientes de nuestras palabras, nuestros pensamientos y nuestros actos. Y aprendemos sobre la marcha. No disponemos de ningún manual. Elegimos vivir y experimentar la vida como el capitán que conduce su propio barco dirigiéndolo a través de la tormenta, timón en mano, sabiendo que tarde o temprano, pase lo que pase, llegará a buen puerto. Y ese puerto es la vida plena, la vida que merecemos, una vida de paz y amor, de apoyo y de cooperación, la vida del ser humano completo.”
La automaestría nos ayuda a ver con otros ojos todo aquello que nos rodea.
Respeta el ritmo de los demás en todo. No interfieras en los procesos de los demás, no intentes cambiar a nadie, nada vas a cambiar. Vive tu propia vida, que seguramente con tu ejemplo, algo en tu alrededor cambiarás. Todo esto sin apegos, y sin mayor expectativa, solo sé tú mismo.
Nunca pienses que eres demasiado insignificante para crear un gran impacto. Todos somos gotas de agua de mar y todos somos el océano. Alguien tiene que dar el primer paso. Atrévete a ser esa primera persona. Atrévete a ser tu maestro para que puedas inspirar a otros a ser el suyo. Sé tú mismo, sé feliz, relájate, brilla.”
¿Te puedes transformar en protagonista de tu vida?
Ya se está trabajando en algunas escuelas para que los más pequeños empiecen a tomar las riendas de su propia vida, aprendan a tomar decisiones y alcancen el “poder personal” que se necesita para protagonizar sus propias vidas. Esperamos que pronto esto no sea una excepción y se contagie a todas las escuelas, ya que una buena educación es lo más importante de cualquier sociedad del futuro.
Beneficios de ser protagonista de tu propia vida
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Aumentar de la autoestima
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Promover acciones para mejorar
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Construir mejores relaciones personales y de pareja
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Desarrollar el auto-liderazgo
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Fomentar el crecimiento personal y el poder interior
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Detectar oportunidades y aprovecharlas
La autoaceptación
La auto-aceptación es esa tarea compleja y laberíntica que muchos apuntamos con tinta invisible en nuestra lista de tareas pendientes, como quien escribe sus buenos propósitos al empezar el año. Así, y casi sin darnos cuenta, llega un día en que al mirarnos al espejo sentimos un súbito e inexplicable pinchazo. ¿De verdad somos esa persona que refleja el cristal?
Algo particularmente curioso que suele darse en las personas que no han trabajado su autoaceptación o la integración de todas esas dimensiones personales y afectivas que lo definen a uno, es que suelen responsabilizar a los demás de su infelicidad, de su malestar.
Asumir la responsabilidad personal para alcanzar la felicidad
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Declararse a uno mismo responsable exclusivo de lo que se es, lo que se hace y lo que se piensa marca sin duda un antes y un después.
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La responsabilidad personal significa por encima de todo, no culpar a otros de la propia infelicidad.
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Significa también poder descubrir distintas formas con las que alcanzar el equilibrio y el propio bienestar a pesar las dinámicas negativas que nos envuelvan
La persona responsable y que se percibe a sí misma como protagonista de su propia vida y no como un actor de reparto en el teatro de su existencia, entiende que para ser feliz hay que tomar decisiones. Por tanto, todo aquello que enturbie, todo lo que apague autoestimas, cercene identidades o nos regale un sucedáneo de amor, es mejor dejarlo y recordar ese compromiso firmado en algún valiente momento con nosotros mismos, aquel que nos recordaba eso de “has venido al mundo para ser feliz, no pierdas el tiempo en lo que quita la alegría”.
Aprender a ser responsable de ti mismo, declárate libre, siéntete único
William Ury es un conocido antropólogo que ha adquirido una notable fama por trabajar como mediador y como promotor del crecimiento personal, a través de libros como “El camino hacia el Sí”. Para este autor, ser responsables de nosotros mismos radica en dos áreas básicas: la primera está en saber cuidar de nosotros mismos, siendo capaces de ver la relación entre nuestras acciones y consecuencias. La segunda, en ser capaces de respetar los compromisos que adquirimos con los demás.
El doctor Ury nos propone, además, que para alcanzar este mágico equilibrio debemos poder darnos el “Sí” a nosotros mismos. A validarnos como personas, a auto-percibirnos como seres capaces, personas hermosas y dignas de alcanzar aquello que se propongan.
Los 4 pasos de la responsabilidad personal
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Ponte en tus zapatos. Es muy posible que a lo largo de nuestra vida nos hallamos focalizado solo en los demás, en satisfacer necesidades ajenas. Es momento de escucharnos, de sintonizar de forma auténtica con nuestras emociones y nuestros valores, clarificando con firmeza qué queremos y qué nos queremos.
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Firma un compromiso contigo mismo. Si no lo hemos hecho ya, es recomendable que lo ejecutemos lo antes posible, se trata ni más ni menos de recordar cada día y a cada instante que estamos obligados a atender nuestras necesidades independientemente de lo que los otros hagan o dejen de hacer.
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Aprende a fluir. Ser responsable de uno mismo significa aprender a confiar, tanto en nuestras propias capacidades como en el propio discurrir de la vida. Asumir que hay cosas que llegan y otras que se van es integrar esa economía emocional donde dejar de aferrarnos a imposibles, a hechos que no nos dejan crecer.