El tema de hoy es sobre no endosar responsabilidad. No tirarle mi responsabilidad a otro. Esta acción se encuentra escondida en situaciones.
Cada vez que te quejas cedes tu poder, te cedes a ti mismo. Te desconectas de tu poder. Aquí se endosa responsabilidad, es culpa de la noche, es culpa de la playa, es culpa de la lluvia, ¿será que no me amas? Es culpa del gobierno, es culpa del ministro, es culpa de esto, es culpa de lo otro. Para endosar responsabilidad somos muy buenos en encontrar el target. La verdad es que incluso cuando las situaciones externas sean muy fuertes, muy limitantes, dentro del espectro de la situación personal, siempre se puede hacer algo para mejorar la situación y no necesariamente de manera inmediata. A lo mejor toma tiempo, pero eso es parte de crecernos en responsabilidad.
Cuando Mia Astral, coach, habla de no endosar responsabilidad, lo sugiere porque esto nos quita la habilidad de usar herramientas para transformar las situaciones. La manifestación baja de el afrontamiento de situaciones es endosar responsabilidad y la manifestación alta sería hacer algo para transformarlas.
Cada vez que endosas la responsabilidad dices “yo no tengo el poder”, el poder lo tiene el otro. Cuando endosamos responsabilidad decimos “yo no tengo poder personal”. Y se va volviendo una realidad para uno, una costumbre, sentirse limitado por las situaciones externas o desempoderados.
Cada queja aleja la manifestación de lo que deseasElizabeth Murray, Do the Dance, 2005.
Según Mia Pineda [IG: @mia_astral], astróloga y coach ontológica, el Universo quiere darnos siempre, pero nosotros no siempre queremos tomar las oportunidades y no siempre tenemos la capacidad para sostener esas oportunidades. Por ejemplo, cada vez que nos quejamos estamos diciendo “no estoy lista/o para esto”. Entonces cada vez que nos quejamos, dejamos saber con nuestra vibración que no podemos recibir más. Y después uno se queja y se dice: ¿por qué estoy siempre en lo mismo? Si no nos quejamos y más bien reflexionamos podemos buscar formas de salir de lo que hacemos siempre.
Usualmente hacer lo que se siente más cómodo, a veces, termina siendo incómodo. Hacer lo que es más fácil, después, termina siendo costoso. Cuando hacemos el esfuerzo por irnos más allá de nuestros límites se va a abrir algo nuevo.
Al retarnos, todos los días, estamos haciendo expansión de nuestra capacidad. Es como si nuestro cuerpo fuera una vasija. Todos los retos hacen expansión de mi capacidad. Con los eventos y las situaciones de contraste nuestra capacidad se expande. Cada vez que nos quedamos en la zona cómoda y no nos llevamos al contraste, jamás se va a hacer expansión de nuestra capacidad y entonces: ¿Cómo se nos van a dar esos grandes regalos? El Universo siempre quiere dar, pero no siempre queremos recibir, porque para recibir tenemos que tener espacio y para abrir espacio es como una apertura de caderas, a veces duele y a veces molesta, pero vale la pena.