Exploraciones sobre la importancia de la narración para la consonancia con uno mismo & con los demás

[título de mi tesis de licenciatura entregada el 16 de febrero del 2009]

Charlotte.SalomonA lo largo de mis estudios de Arteterapia en Alemania, lo que más llamó mi atención y se volvió el hilo rojo de mis reflexiones fue la capacidad que tiene la manera en que narramos nuestras historias, o sea, la manera en que interpretamos un hecho la posibilidad de ofrecernos salud mental o de quitárnosla.

A la hora de escribir mi tesis para culminar la licenciatura en Arteterapia escogí el tema de “relatos personales” y decidí zambullirme en la obra de artistas como Frida Kahlo, Charlotte Salomon, Anselm Kiefer, además de académicos como Aleida Assman, Frigga Haug, Wolfgang Kraus, entre otros, para entender qué cualidad era la que habitaba las estructuras narrativas que permitía que nosotros creáramos, a la hora de reproducir una historia, y entender cómo este proceso de re-producción posibilitaba una re-interpretación que, en muchas ocasiones, podía aportar mucho bienestar.

Charlotte-Salomon.Über.den.DurchschnittQuiero clarificar esto de lo que hablo con un pequeño ejemplo de la artista Charlotte Salomon.

Charlotte Salomon (1917-1943) es una mujer que acabó engullida por las tinieblas del Holocausto, pero que también fue una artista capaz de transformar el drama, la locura y la muerte en una catarsis creativa de alto voltaje emocional. «Vivió una vida difícil en un contexto aún más difícil» menciona Ricard Bru, comisario de la primera exposición que se le dedicó a Charlotte Salomon en España, Barcelona.

Charlotte viene de una familia donde las mujeres se suicidaban y este era un hecho que había sido escondido de ella, por mucho tiempo. Al tomar consciencia de esto, en el exilio en Francia donde su abuela se suicida, ella opta por entregarse a la vida. Se retiró 2 años [entre 1940 – 1942] y se puso a pintar la historia de su propia vida, tarareando y cantando mientras trabajaba. “Decidió utilizar todo lo que llevaba dentro para poder vivir” cuenta Bru. Creó su obra ¿Vida? O ¿Teatro?, un conjunto unitario de pinturas, textos y referencias musicales; 1325 aguadas [acuarelas] de las que hoy se conservan 782. No se sabe si es memoir, opereta o autobiografía, pero lo que sí se puede afirmar es que su obra anticipa el género de la novela gráfica y que ayuda a Charlotte a trascender el patrón familiar de suicidios por una transmutación artística.

Su obra es estructurada como una obra teatral, con su prólogo, parte central y epílogo; en ella nos explica su historia y la de su familia, rematando la narración de las historias mediante referencias a la música, textos, que nos ayudan a comprender la misma. Al realizar Charlotte esta obra de manera tan intensa y apasionada, nos comprueba los efectos sanadores y catárticos del arte y la posibilidad de usar los recursos personales para trascender los propios condicionamientos.

charlotte-salomon-Mögest.du.nie.Vergessen.dass.ich.an.dich.glaube.Su creatividad era uno de sus recursos, ya que Charlotte asistió a la Academia de Arte de Berlín. Probablemente, antes de 1938, pudo conocer la obra de los artistas expresionistas alemanes, el arte moderno, la obra de Chagall, Van Gogh, Modigliani, en la Galería Nacional, y en el viaje que realizó en 1934 a Roma, conoció la obra de Miguel Ángel.

A través de los 782 gouaches que forman la excepcional obra ¿Vida? o ¿teatro?, Charlotte Salomon trató de describir su vida para encontrarse a sí misma, para superar el pasado, encontrar de manera artística su fuerza de vida y para tratar de vivir un presente efímero en vísperas del Holocausto. En palabras de Edward van Voolen [2007], histórico de arte, Charlotte “tuvo que desaparecer de la superficie humana por un tiempo y sacrificar todo lo necesario – para, desde la profundidad, crear su mundo de nuevo”.

Si quieren revisar la obra completa de Charlotte Salomon, ingresen a este enlace: https://charlotte.jck.nl/collection/specials/charlotte-salomon

Cómo reescribir tu vida [Pilar Jericó, Laboratorio de Felicidad, periódico El País]

Reescribir.Historia“Nunca es tarde para tener una infancia feliz”, dijo Milton Erickson, uno de los mejores psicólogos del siglo pasado (o al menos, es a él a quien se le atribuye esta cita). Y se ha demostrado que es cierto. Todos tenemos la capacidad de reescribir nuestro pasado. Reescribir nuestra vida no significa cambiar los hechos, sino la interpretación de los mismos. Todo cuanto nos ocurre lo sometemos a unos patrones previos inconscientes que catalogan lo que vivimos. Veamos un ejemplo: recuerdo una vez con quince años que nos invitaron a todos los compañeros de mi clase a asistir de público a un programa de televisión. Una vez en el plató, a un grupo de ellos se les pidió que dejaran libre la primera fila. En ese momento una compañera comenzó a llorar amargamente porque pensaba que se lo habían pedido porque ella era fea. Ese era su patrón: sentirse el patito feo de los grupos. Y es curioso, por mucho que la enfocaran después las cámaras y por mucho que el resto intentáramos animarla, su memoria obvió ese hecho y solo se quedó con el recuerdo amargo. Esa es la potencia de un patrón. Los patrones no reflejan nuestra personalidad, sino que la crean para hacernos sentir el patito feo, el más torpe, la más lista o el más comprometido con las causas perdidas. Cada cual tiene el suyo y, por supuesto, los hay más amables que otros. No es lo mismo sentirse una persona con suerte que el más desastre del mundo.

Pues bien, reescribir nuestra vida significa ampliar los patrones con los que contemplamos lo que nos sucede. Aquí está la magia. Cuando cambiamos nuestros patrones, transformamos nuestro pasado y comenzamos a vivir un futuro un poco más liberador. Y la buena noticia es que podemos conseguirlo. Vamos a ver tres claves para cambiar nuestro patrón o para reencuadrar lo que nos sucede, como diría Robert Dilts, uno de los principales impulsores de la Programación Neurolingüística:

  1. Ampliar el punto de vista: volviendo al ejemplo anterior, mi antigua compañera de clase incurrió en un problema clásico. Tuvo una visión miope de la realidad. En vez de darse cuenta de que a una fila entera le habían pedido moverse, ella lo vivió como una ofensa personal. Ampliar el punto de vista significa ganar perspectiva, comprender que todos podemos ser torpes y que a cualquiera le puede suceder lo que te está pasando a ti. De algún modo, significa dejar de sentirnos tan absolutamente especiales, para comprender que sencillamente somos humanos y que cada cual tiene lo suyo. Por ello, ante algo que te suceda, pregúntate: ¿me pasa solo a mí?, ¿qué le está ocurriendo a la persona que me está haciendo algo que me molesta? Ya se sabe, dejar de sentirnos el “obligo del mundo” para ser parte del mundo.
  2. Cambiar el marco problema por oportunidad: un ejemplo clásico es la manera de interpretar un fracaso. Aquí podemos caer en el típico automachaque o bien vivir la experiencia pasada desde una actitud de explorar o aprender. Recordemos: si pensamos que somos torpes, evitaremos arriesgar para no fracasar y esa parálisis es en sí misma un fracaso. Por ello, ante un error, quédate con los mensajes que responden a estas preguntas: ¿qué he aprendido?, ¿me he dado permiso para experimentar?, ¿qué aspectos positivos te permite darte permiso?
  3. Amplía la perspectiva temporal: la miopía del primer punto también está relacionada con el tiempo. Vivimos la realidad como fotos sueltas, cuando es una película. Lo que te ocurre en un momento dado te sirve para ganar fuerza, habilidades, aprendizaje… para las siguientes experiencias que te aguardan. Por eso, ante un error o algo doloroso, ampliar la perspectiva significa preguntarte: ¿para qué me sirvió?, ¿en qué me ayudó? Gracias a ello, ¿cómo influyó en lo que me pasó después?

Y todo ello sin olvidar algo importante: revisar nuestros patrones y nuestras conversaciones interiores es también una forma de cuidarnos. La realidad no es algo fijo, sino que depende de la manera en la que queramos contemplarla. Y esto, una vez más, es una decisión personal.

 Bibliografía:

  • Assman, A. [1995] Funktiongedächtnis und Speichergedächtnis – Zwei Modi der Erinnerung. In K. Platt & M. Dabag [Hrsg.], Generation und Gedächtnis. Erinnerungen und kollektive Identitäten. Opladen: Leske + Budrich
  • Assman, A. [1980] Die Legitimität der Fiktion. Ein Beitrag zur Geschichte der literatischen Kommunikation. München: Wilhelm Fink
  • Assman, A. [2007] Das kulturelle Gedächtnis. Schrift, Erinnerung und politische Identität in frühen Hochkulturen [6 Aufl.] München: Beck
  • Haug, F. [1990] Erinnerungsarbeit [1 Aufl.] Hamburg: Argument
  • Kraus, W. [1999] Identität als Konstruktion: Die narrative Konstruktion von Identitätsprojekten. Verfügbar unter: http://web.fu-berlin.de/postmoderne-psych/berichte3/kraus.htm [07.02.2009]
  • Marín, A. [2009] personales. personale. Narrationen. Erkundungen zur Bedeutung der Erzählung für die Verbundenheit mit sich selbst & anderen
  • Salomon, C. [1942] Obra completa ¿Vida? O ¿teatro? Disponible en: https://charlotte.jck.nl/collection/specials/charlotte-salomon
Escrito por:arteterapiaec

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